El Hoyo. Abandonad toda esperanza.

El hoyo, la ópera prima del español Galder Gaztel-Urrutia del año 2019 es un filme que brilla no por una historia novedosa o por la alta tecnología a la que nos tienen acostumbrados los blockbusteres que desfilan a lo largo de los últimos años, sino porque con una premisa básica y atrapante, diálogos ingeniosos, una buena fotografía y, sobre todo el saber hacer mucho con poco, logra durante sus 94 minutos que empaticemos con sus personajes y nos cuestionemos sobre nuestros limites y sobre todo, sobre nuestra propia sociedad.  

La premisa es simple y atrapante: en un edificio o prisión con una cierta cantidad de niveles, que al igual que los ahí se encuentran no sabemos con certeza cuanto son, hay en cada uno de las habitaciones dos personas, las cuales a cierta hora del día tienen acceso a comida a través de una plataforma flotante que va descendiendo y de la cual pueden tomar los alimentos que quieran siempre y cuando no se queden con ningún de ellos después de que la plataforma baje al próximo nivel o de lo contrario la habitación en la que se encuentran se calentaría o enfriaría hasta que mueran. Sumado a esto nos enteramos que cada mes son cambiados de nivel, por lo que estar en un número que tienda más hacia el primero se traduce en la supervivencia de los prisioneros, pues a medida que la plataforma desciende la apatía y el individualismo de los cautivos provoca que la comida se termine.  

Esta información básica nos es dada a partir de la charla inicial de nuestro protagonista, Goreng, con su compañero de habitación, un anciano cuyo nombre de prisión es Trimagasi, lo cual es un recurso muy bien utilizado en el guion pues no se detienen a dar grandes explicaciones sobre la naturaleza de la misma, sino que con unos cuantos diálogos los espectadores pueden entender el funcionamiento de la prisión a partir de la experiencia del anciano y la ignorancia que compartimos con el protagonista. A partir de este personaje, que como ya se mencionó es un anciano ya cansado mediante el cual nos adentramos en este mundo y a la vez se nos muestra como un sector de las generaciones más grandes, las cuales tienden a ver el mundo como algo dado y con un funcionamiento individualista que no puede ser cambiado. Cabe destacar que los prisioneros están dentro de “El Hoyo” por razones diferentes, algunos están de manera voluntaria y otros están por haber incurrido en algún acto ilícito, o también parece ser que ingresan con la finalidad de que al término de su estadía se les pueda otorgar alguna recompensa como lo podemo ver con Goreng.  

Continuando con los personajes, encontraste encontramos a Imoguiri, la segunda compañera de Goreng dentro de “El Hoyo”, la cual nos da aun mayor información sobre el lugar, el cual parece ser un experimento que busca un cambio, o es lo que ella sabe al haber sido parte de la organización; en buena parte Imoguiri puede representar la fe, la cual es ingenua y acaba sindo pisoteada por un entorno ya muy corrompido, pues Imoguri confía en que de alguna manera dentro de este confinamiento se puede generar la “solidaridad espontanea” con la cual los habitantes de este lugar puedan apoyarse unos a otros; Imoguri era oficial dentro de esta prisión (incluso ella misma selecciona a Goreng para entrar a la prisión) y al perder la batalla contra el cáncer decide entrar a la prisión con la finalidad de ayudar a lograr cambiar de alguna manera la lógica dentro de este lugar, cuestión que podría vislumbrarse como el punto de lanza de la idea que Goreng tendría a la postre.  

A la par cada mes hay una mujer de nombre Mirahu que baja junto a la plataforma la cual dice estar buscando a su hijo la cual supuestamente no tendría que estar en la torre según la misma Imoguri, pues Mirahu no se le vio entrar con ningún hijo, esto aunado a que dentro de la prisión no se permite la inserción de ningún menor de edad, por lo cual es imposible que un infante este dentro de la prisión. Goreng se interesa particularmente por Mirahu, y por sus intenciones y Mirahu por su parte, marcaria diversas pautas dentro de la estadía de Goreng dentro de la prisión.  

Nuestro protagonista por otra parte es la representación de la generación del presente, la cual tiende a verse ve a sí misma como mesías pero que en realidad son el puente para el cambio. Goreng a partir de las pláticas e interacciones que tiene con los otros personajes se da cuenta de esto al final, al enviar “el mensaje”; es a partir de ciertas acciones, que en este caso se traduce como la repartición de los alimentos a los más necesitados, los que están en los pisos inferiores, y la protección de un postre pretende mandar un mensaje a “los de arriba”.  

Otra cuestión que también se puede destacar es que dentro de la prisión las personas pueden ingresar con algún objeto de valor, el cual a su vez nos brindan alguna información sobre las personas que se encuentran ahí dentro y del como estas vislumbran su estadía dentro de la prisión, por ejemplo, el mismo Goreng decide llevar  un libro, pues el estar dentro de la prisión le dará tiempo para leer dicho libro y también lo ayudara a dejar su adicción por el tabaco.  

Otro guiño importante es el de las clases sociales, y aunque parece en ciertas partes de la película obviedades dentro de la película se maneja bastante bien, pues constantemente se hace referencia a las diferencias que se tienen por el hecho de ocupar un lugar dentro de la estructura social, que, por ejemplo, aunque no se pertenezca a dichas clase si se puede llevar el papel de opresor se llevara sin ninguna duda.  

En síntesis El Hoyo es una buena película, es una remembranza de la vida de misma pues ejemplifica los cambios que tenemos dentro de la misma, un día puedes estar arriba gozando de numerosos privilegios y al día siguiente puede despertar y perderlos todos, esta cuestión dentro de la película puede ser generadora de la misma irracionalidad con la que se manejan la mayoría de las personas que se encuentran dentro de la prisión y que esto es el origen de un individualismo bastante marcado, demostrando como de apoco el hombre se convierte en el lobo del hombre.  

En cuanto a la propuestamente cinematográfica, la gran mayoría de las cuestiones técnicas funciona bastante bien, al superar de manera inteligente su bajo presupuesto; desde el diseño de arte, la fotografía y en particular el guion, siendo en este sentido uno de sus puntos fuertes sin duda alguna sus diálogos pues como ya se mencionó con un solo dialogo se nos adentra dentro de la misma lógica de la película y la psique de los personajes. Es muy notable que esta historia estaba pensada para ser expuesta en teatro pues la historia se mueve por las pláticas y debates, más que por las acciones.  

Así mismo otro recurso importante de la película, son sus silencios, es decir, lo que no nos dice la película, pues durante esta hay cuestiones que no se resuelven o que se quedan abiertas, este es un recurso muy utilizado dentro del cine, pero que en el caso de El Hoyo es muy bien utilizado, es una herramienta que contribuye a que el espectador constantemente tenga que prestar atención a la película; dentro de la parte final esta herramienta funciona bien pues se evita llegar a los lugares comunes (sobre todo al tocar temas como las diferenciaciones sociales), y con la conclusión se adentra mucho más al espectador y se invita al mismo a sostener un dialogo con la película, cuestión arriesgada porque para muchos espectadores y puristas es no es bien visto, pero que sin embargo, en esta ocasión funciona bien obvio… 

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