Emily in Paris. Nada especial, pero funciona.

Una serie profunda, con un gran desarrollo de personajes, una gran fotografía y una historia que cambiara la forma en que hemos visto a parís desde este otro lado del mundo, eso justamente no es Emily in paris, pues justamente es todo lo contrario: una serie que no requiere pensar mucho, que es bella por el simple hecho de estar en Paris, la cual cuenta con un reparto carismático y elegido para que cada personaje sea físicamente atractivo para las o los espectadores y que a medida que van pasando los capítulos se irán incorporando otros de características similares.  

La serie nos muestra la travesía de Emily Cooper (Lily Collins), una joven que trabaja para una empresa de Marketing estadunidense que ha adquirido a otra empresa en Paris, por lo que ella es enviada para darles la “visión americana”, pero al llegar todo se complica para Emily debido al choque cultural pues ella llega sin saber hablar el idioma o las costumbres tanto laborales como de la vida cotidiana.  

La serie se siente demasiado clásica, pues es una historia muy del estilo de los años 90 o de los 2000, en el que la protagonista es una mujer joven, ingenua, muy optimista, que parece no tener ninguna cualidad que la haga destacar (pues en la misma serie se lo hacen saber al llamarla básica), y sin embargo siempre logra lo que se propone, sorprendiendo y cautivando a todos los que la rodean, y claro teniendo un nuevo interés romántico en cada episodio, los cuales son solo un intento de alejarse de su verdadero amor, el cual, como es clásico, es un amor prohibido y que no será hasta el final de la serie en que ellos terminen juntos. Y esto no parece ser sorpresivo pues su creador, Darren star, es un viejo conocido por series como Sex and the city, Bervely Hills, 90210 y más recientemente Younger.  

Cabe mencionar que la serie se ha envuelto en polémica a raíz del descontento de los parisinos por como son retratados, pues en la serie ellos son presentados como personas algo flojas, promiscuas, groseras y conservadoras. A lo anterior se suma que la serie está hecha a base de clichés sobre Paris que no hacen más que estereotipar a Francia como se ha hecho ya tantas veces por Hollywood. Y tampoco ayuda que Emily es puesta como la “americana” que va a otro país a llevar la libertad, la verdad, la civilización, y en este caso Twitter e Instagram.  

La serie pese a que tiene buenas oportunidades para destacar no lo hace y con en el afan de que la serie siga avanzando no le da el suficiente tiempo para desarrollar ciertas temáticas, no ofrece una nueva ´propuesta de como reflejar la belleza de Paris y solo se enfoca en mostrar las mismas postales de esta ciudad y mucho menos tiene un desarrollo de personajes, suceso que se puede reflejar en la protagonista pues Emily de principio a fin sigue siendo la misma y por el contrario obliga a que el resto de los personajes se adecuen a su presencia, las situaciones están hechas para que Emily pueda salir bien libradas de ellas. 

Si no te importa todo lo anterior y solo buscas entretenimiento esta es una gran opción, Pues todos los personajes logran ser divertidos, destacando a Lily Collins que hace un muy buen papel, siendo básicamente ella. Sin duda Emily en Paris es una serie que si no la piensas mucho logras disfrutarla, es un contenido únicamente para pasar el rato, pero que al parecer esta cuestión no le preocupa a la misma, pues contribuye a que se siga generando conversación alrededor de la misma serie.  

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