Gambito de Dama. Una gran jugada de Netflix.

No hay nada que no se pueda llevar a la pantalla, de eso estamos seguros. A diferencia de los más puristas no creemos que deban respetarse libros, obras, guiones o películas pasadas, y mucho menos hay temas malos o aburridos. Todo arte debe ser valiente y siempre debe buscar ser revolucionario, y para ello debe buscar en los lugares más inusuales. En 2020 llegó una serie que logro hacer el ajedrez emocionante para quienes no lo juegan y dio nueva vida para quienes ya lo amaban.

Es muy probable que la gran mayoría ya haya visto esta serie de Netflix, pero para quienes no se hayan dado todavía la oportunidad, aquí no incluiremos spoilers. Probablemente no sea una serie que a simple vista no atraiga, hay barreras simbólicas que de principio hacen que muchas y muchos se alejen, pues, así como con en el futbol hay un claro prejuicio de un deporte de machos ignorantes, con el ajedrez hay un temor por ser un juego de genios o personas mayores. Sin embargo, no se dan cuenta que una película o una serie se sirven de distintas herramientas para contar una historia, por lo que en realidad lo importante no es si los personajes son piratas, si les gusta el ajedrez o son de una u otra forma, pues esto nos sirve para conocerlos y entenderlos, a amarlos u a odiarlos y hacer que durante el tiempo que dura creamos que eso puede suceder. En resumen, una buena historia puede venir en distintos formatos y funcionara independientemente de ellos. Y es justamente lo que pasa con esta miniserie, pues lo importante no es propiamente el ajedrez, sino su protagonista.

Pero entonces, ¿de qué va la serie? A muy resumidas cuentas podemos decir que es la historia de Beth Harmon (grandiosamente interpretada por Anya Taylor-Joy), una niña huérfana que resulta ser una prodigio para el ajedrez. La verdad que es una serie algo sencilla, y en algunos aspectos puede recordar al género del spokon, en los animes (un gran ejemplo de este género es el anime Supercampeones), pues al igual que en ellos él o la protagonista basa su vida y relaciones sociales con su pasatiempo, a la vez que va creciendo emocionalmente y teniendo tropiezos que al final serán resueltos o embalsamados por el amor al deporte. Así también en esta miniserie desde el principio se establece que habrá un crecimiento progresivo en cuanto a la competitividad y un jefe final a vencer, acompañado del trabajo en equipo y la amistad.

Pero no se preocupen pues esto no quiere decir que sea un anime, si es que tampoco les gusta, solo que debíamos hacer notar como la estructura de la miniserie recuerda a tal género. Es también muy notable que la historia no se va por los caminos más típicos de las series para adolescentes, pues cosas como el amor, o los conflictos con las amistades no son algo que se convierta en un factor que mueva la historia, sino más bien todo se centra en Beth y el mundo en que ella se desenvuelve, que es el de las competencias profesionales del ajedrez.

Como grandes puntos a destacar esta la cinematografía, el vestuario y la ambientación, pues se ve la atención para que todo se vea como de los años 60 y México nos parece nunca había sido tratado con tal respeto. Y como puntos negativos podemos decir que la historia si es bastante simple, y más allá de la protagonista hay muy pocos personajes que sean desarrollados, lo que es entendible al ser una miniserie, pero si queda una sensación de que se pudo haber más énfasis en situaciones o personajes. Por otra parte, si es algo cursi y el final es demasiado cliché.

 

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