Malcolm y Marie. La rabieta de Sam Levinson.

La industria del cine es capitalista, es patriarcal, es comercial, manipuladora y llena de pseudo intelectuales que solo buscan mostrar que saben más que los otros, eso es algo que nadie niega, que no es un secreto y que el decirlo no es haber encontrado el hilo negro. Como todo producto artístico también esta sujeto a cambios, a normas, a revoluciones, a rupturas de paradigmas y constantes cuestionamientos. En ese carácter dialectico, el cine cambia a partir de sus contradicciones. Los debates no son nuevos, pero en nuestros tiempos se han hecho más visibles, las redes sociales han permitido que las opiniones tengan una mayor difusión y que los debates sean instantáneos. Sin embargo, lejos de democratizarse, estos debates han descubierto la ignorancia, machismo, clasismo, etc., de las personas. Mientras que unos piden un cine más abierto e incluyente, otros defienden la “visión del artista”, aun cuando esta encierre lo antes mencionado.  

La película había estado envuelta en mucho revuelo, pues fue grabada en plena pandemia, y las circunstancias particulares nos dieron una producción que solo necesito de dos protagonistas siempre en cámara: Zendaya, a quien el director ya conocía de Euphoria y John David Washington. La película dice el director esta basada en una experiencia del director, pues para Nación Asesina (2018) él cuenta que había olvidado agradecer a su esposa, y de forma similar la película nos deja irrumpir en la discusión de una pareja, Malcolm y Marie, pues la noche en que ocurre la cinta, Malcolm acababa de presentar su opera prima, pero había olvidado reconocer a su pareja. Así la cinta es un vaivén de emociones entre la pareja, en lo que podemos llamar como una relación toxica.    

Malcolm y Marie es una película que muestra una montaña rusa de emociones entre sus protagonistas, pero que más que eso trata de hacer una critica al cine a partir de varios monólogos entre sus personajes. ¿Pero en verdad lo logra? ¿O es una rabieta de su director en contra de los críticos? La verdad pareciera ser más del segundo. Hay que dar un ligero contexto, por que sin el la experiencia de la película es muy distinta. La verdad es que es bastante sencillo, Katie Walsh, del periódico estadunidense Los Angeles Times critico la pasada película del director Sam Levinson, Nación Asesina (2018), y en esta película, Malcolm, el personaje interpretado por John David Washington se la pasa insultando a una “mujer blanca de L.A times”. Medios en Estados Unidos han dicho que todo parece ser una descarga de su enojo disfrazada por un personaje afroamericano. Y la verdad es que más allá de los logros y buenas ejecuciones de la película, las partes en que Malcolm arremete contra el mundo del cine se sienten bastante forzadas. No entraremos en spoilers, pero, en la película se siente muy poco común que los personajes estén besándose o discutiendo de asuntos personajes a la par que hacen una crítica de la industria cinematográfica. Más bien pareciera que escribió una carta de odio y frustración y la metió como mejor pudo en el guion de esta película. Malcolm y Marie se siente como las películas más clásicas de Woody Allen, en donde él es un hombre intelectual que siempre tiene una opinión para todo, dada de la forma más huraña y compleja posible. El debate y su opinión no faltan de verdad, pero tampoco son una revelación, y son muchos de los argumentos clásicos de la misma industria, y la critica que muchos directores independientes han hecho. El criticar el que las películas incluyan a más mujeres, a más personas afrodescendientes o minorías parece tonto, pues el volver atrás, a películas como Lo que el viento se llevó (1939), la cual es muy buena, pero racista, es absurdo, y poco orgánico, y aún más tonto es el pedir no politizar los filmes, pues todo es político,   

Otro problema es que se siente muy larga, pues hay tomas muy largas en donde no pasa nada. Los diálogos, el guion en general es muy básico, salvo las partes de la critica a la industria. Es casi como una puesta teatral, donde lo que más brilla son las actuaciones de Zendaya y John David Washington, que hay que decirlo, lo hacen muy bien, en especial Zendaya. La película presenta una relación toxica, muy a la Woody Allen también, en donde los protagonistas se insultan, se hieren y entre ello se besan y se juran amor eterno, todo en un lapso de tiempo muy corto.  

Hay que darle el mérito a la película de las actuaciones, que como ya hemos mencionado, Zendaya la rompe pues en esta puesta, de solo dos personajes, su interpretación más que los diálogos logran que podamos conocer a Marie, una mujer ex adicta, que quería ser actriz, pero que vive con Malcolm, un director de cine ególatra y distante. Así también podemos darle el merito a Sam Levinson que se siente en verdad como una película, y no como una obra de teatro. Tiene planos muy bien hechos y acompaña con música que te esta diciendo lo que los personajes sienten en cada momento particular.  

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