Albert Camus decía que la vida no tiene sentido, pero que vale la pena vivirla, siempre y cuando reconozcamos que no tiene sentido, y si bien la frase suena demasiado pesimista, el mismo autor nunca se sintió cerca de ser un nihilista, y justo en el remate de la frase deja verlo. Parece ser que nos dice que la vida es absurda, y con lo subsecuente no nos dice que la vida es bella, sino que encontraremos belleza una vez que dejemos de idealizar, de perseguir. Es verdad, todo lo anterior parece ser sacado de un libro de autoayuda, de una frase de Barbara del Regil, pero no por ser absurdo o cursi deja de ser, aunque sea un poco cierto; la película Soul de Pixar es algo similar, es básica, cursi, pero ciertamente acertada y necesaria.
Pixar revoluciono el cine con Toy Story, es algo que nadie va a negar. Fue la cumbre del sueño de muchas personas que deseaban cambiar la animación. Desde Toy Story, Pixar ha podido entregar al público de todas edades películas que han sabido tener un equilibrio entre lo artístico y lo comercial (en su mayoría). Pero antes de eso ellos experimentaron, dieron pequeños pasos, hicieron cortos, sencillos, pero bien estructurados, como el de “Luxo” o “Ajedrez”. Muchos años han pasado de eso, de esas pequeñas historias, de esos graficas modestas pero que buscaban revolucionar la forma de ver cine. En el camino Pixar tuvo tropiezos, aunque es difícil decir que tuvieron crisis. Hubo sobreexplotación, ideas repetidas y hasta escándalos con sus directivos, pero nunca un periodo como si lo tuvo Disney en la llamada era oscura o de bronce, entre los años 70 y 80. Si bien es verdad que no tuvieron el mismo dominio en el mercado y la fueron aplastados por la crítica con entregas como Cars 2, Cars 3, El buen dinosaurio, etc., empero, también sus producciones no pueden ser tachadas de malas películas, pues el nivel técnico ha sido siempre impresionante y las historias nunca han sido completas basuras. Aun con lo anterior Pixar decidió dar un paso atrás y replantearse lo que estaban haciendo, por lo que decidieron no hacer más secuelas y enfocarse en proyectos nuevos.
Soul es la segunda película bajo esta idea y ciertamente se siente como una producción de una escala más pequeña, pues no es una historia de carreras, o acción, de villanos o héroes, sino más bien una reflexión, es casi como volver a los cortos. Soul es dirigida por Pete Docter quien también dirigió Up e Inside Out, por lo cual el proyecto estaba en buenas manos; con Inside Out Docter se aventuro a explorar la psique humana regalándonos una historia por demás interesante y emotiva, con Soul continúa aventurándose en terrenos desconocidos y lo hace una manera magistral.
La historia va de un profesor de música, Joe Gardner (con la voz de Jamie Foxx) que ama el Jazz y sueña con triunfar en ello. Después de recibir una oportunidad de tocar con Dorothea Willians Joe tiene un accidente que lo lleva al más allá, pero él, ante lo que parece la oportunidad de su vida se empeña a regresar a su cuerpo. En el proceso encuentra a, “22”, un alma que no encuentra su chispa para ir a la tierra pues no le ve sentido ir a un mundo tan caótico.
Como vemos no es una historia compleja, el objetivo de Joe es volver a su cuerpo para poder tocar Jazz y cambiar, según él, su vida, pero el encontrarse con “22” será una revelación para él, pues hará que se cuestione su vida, y para 22 será el descubrimiento de un mundo tan absurdo como fascinante. Ambos aprenden uno del otro sobre la vida misma.
Ya no es una sorpresa el poder visual en las producciones de Pixar, pero en esta ocasión logra una vez más sorprender con cada textura, con los movimientos, la luz y los cientos de personas que aparecen en Nueva York, mientras que, por el otro lado, en el “más allá” hay un cierto minimalismo que no deja de ser interesante y reminiscente a Intensa-Mente. Y la música, a cargo de Trent Reznor y Atticus Ross, los cuales ya habían trabajado en “La red social” acompaña bastante bien a la película, pues cuando están en el mundo real el jazz acompaña a nuestro protagonista y una vez que este entre en el más haya la musicalización se vuelve interesante y logra ser un buen agregado que logra complementar lo que se esta mostrando.
La historia a su vez funciona, pues aunque la premisa parece bastante compleja Pixar sabe como hacer entendible esta premisa, logra crear convenciones bastantes acertadas y que funcionan bastante bien para sus finalidades, en este sentido, de manera acertada deja cuestiones que podrían complejizar y que probablemente no aportarían mucho a la historia como lo puede ser la religión o ciertas nociones filosóficas.
Con Soul Pixar nos regala un película que aunque para niños es seria y con personalidad, atiende de buena manera su principal target (como son los niños) llenando de colores la película, creando personajes que para cualquier infante son llamativos sobre todo cuando nuestro protagonista se encuentra en el más haya, cuando nuestro personaje regresa a la tierra la introducción del personaje felino si bien esta situación puede romper un tanto con las convenciones creadas se entiende por qué esta ahí ese peludo, pues Soul, sigue siendo una película de niños por lo que este recurso es sumamente necesario. Ahora bien, con esta película Pixar apunta también a personas con mayor edad, debido a que su mensaje es bastante profundo y se presta bastante a la reflexión.
A manera de cierra:
Soul es una película bellísima, que si bien no tiene ese gancho al corazón que te lleva prácticamente al borde de las lagrimas como nos tiene acostumbrados Pixar, si es una cinta comprometida con su mensaje por ende seria y con personalidad, como prueba tenemos su cierre el cual no tiene vacilaciones. Pixar sigue aventurándose en tocar temas que parecen complejos demostrando la capacidad que tiene esta productores, pues con Soul nos da un entrega por demás interesante, pues su premisa y convenciones atrapan, entretienen y ponen a reflexionar al espectador, por lo que Soul sin duda se postula como la favorita para ganar el premio a mejor película animada en la siguiente entrega de los premios Oscar.