The Great. El viaje del hero… ina.

Una serie basada ligeramente en hechos reales, es el subtítulo que se deja ver en cada episodio de esta serie de Hulu y que puede ser vista por Starzplay en México, el cual enmarca de gran manera la propuesta de esta producción pues, aunque se basa en el personaje histórico de Catalina la grande, en realidad no toma los sucesos históricos de su vida tal cual, pues se decide hacer una reinterpretación muy libre para darnos una historia fresca, con un sentido del humor negro y personajes con los cuales es muy fácil empatizar.  

Solo con la primera temporada de 10 episodios podemos ver que la intención del guionista y productor, Tony Mcnamara es la de llevarnos por el viaje de Catalina (interpretada por Elle Faning), de ser una niña soñadora e ingenua a una de las más grandes monarcas de rusia. Y si bien esto ya ha sido explorado, y es básicamente el camino clásico del héroe, en esta ocasión es interesante ver como el personaje se va construyendo sobre la marcha, pues, aunque en un punto se propone ser la gobernante de Rusia, durante los capítulos va descubriendo que no solo basta con ideas, pues estas tienen repercusiones tanto para ella como para quien la rodea ya estos otros también pueden ver enfrentadas sus ambiciones y sentimientos. Y son los sentimientos los que mueven aquí a los personajes, desde el miedo de no ser lo que se espera, o la ambición, los celos, el anhelo a el status y la familia y el mismo amor romántico y a la nación.   

La serie comienza cuando nuestra protagonista llega a Rusia para conocer a su futuro esposo, el zar de Rusia Pedro III (interpretado por Nicholas Hoult), al cual ella idealiza antes de conocerlo como un hombre que busca al igual que ella el amor y la grandeza de su nación, sin embrago pronto se da cuenta que es todo lo contrario, pues Pedro resulta ser un ignorante interesado solo en mujeres, peleas y fiestas y que apenas puede sostener su nación, la cual se encuentra en medio de una guerra, con un completo atraso científico y social.  Con el paso de algunos capítulos Catalina ve que su estancia no es lo que esperaba, y con un nuevo afán y amor por su nueva patria decide que debe matar a su esposo y tomar el control de Rusia para llevarla a la grandeza. A pesar de la descripción del emperador Pedro III que dimos, que no deja de ser cierta, gracias a los matices que se nos da del personaje y la interpretación carismática de Nicholas Hoult se logra, al igual que la protagonista, empatizar con él y comprender porque de su comportamiento casi infantil.  

Y al igual que con el emperador, la serie nos ofrece a otras y otros tantos personajes que en momentos pueden funcionar como los antagonistas y otras como aliados, pues en ningún momento se presenta un villano, sino que hay humanos con ambiciones, defectos y virtudes que actúan según sus fines. Todos los secundarios están compuestos por la corte del zar, los cuales amplían la historia y no dejan que se sienta que la historia es pobre al desarrollarse casi enteramente en el castillo, destacando a Adam Godley como el arzobispo “Archie” y Phoebe Fox como Marial.  

En esta época de movimientos sociales en busca de la igualdad y la inclusión no podemos dejar pasar el tema de que esta serie tiene un personaje femenino protagonista, bien hecho y que no se construye por estar rodeada de hombres hechos idiotas a propósito. La serie en ningún momento te grita a la cara que Catalina es la fuerte, la inteligente, sino que te lo muestra, pero también te deja ver sus sueños y debilidades, mientras que a los hombres no los retratan simplemente como estúpidos como han hecho en otras películas o series de forma exagerada, sino que muestran esas conductas machistas que están normalizadas y que generaciones con nuevos criterios, y más amplios pueden percibir y hacer juicios. Aun cuando la producción niega querer hacer una serie de género, pues están contra del término promujeres, la realidad es que en esta serie las mujeres no pasan a un segundo plano y son ellas las que lideran la trama.  

A nivel técnico esta serie recuerda bastante a la otra película en la que estuvo involucrado Tony McNamara, “The fauvorite” de 2018, pues ese aire de elegancia, grandes planos y una historia que no se siente completamente de época sino como algo acercado a la actualidad impregnan los diez capítulos. Otro punto sobre la serie es la incapacidad que hay para reconocer completamente el género de la misma, pues a momentos es un drama, mientras que en otros puede ser vista como una serie histórica, y en otros más una comedia, pero esto es porque logra no encasillarse en un género, y cuando crees que se está decantando por uno, un nuevo suceso en la trama te lleva a otro.  

Como punto negativo podemos mencionar lo antes expuesto, pues no logra comprometerse en algo concreto, y a veces llega a ser brusco el cambio de drama a romance, o capítulos en los que la comedia predomina demasiado, dando la impresión de que estás viendo una serie distinta y algo convencional, mientras que los episodios dramáticos son en los que la serie más brilla, y si bien no al punto de estar al nivel de la otra serie sobre Catalina la grande, si esperas que se mantengan en esa línea. Aun con esto es una serie muy disfrutable y de la que si comienzas a ver sin esperar mucho lograra sorprenderte gratamente.  

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *